martes, 27 de diciembre de 2016

ASESICIDIO

No fue un asesinato.

Mi mano sujetaba el gatillo,
aunque la encargada
de acompañar la pistola
hasta mi sien,
fue la suya.


No fue un suicidio.

Su voz,
alentaba a mis oídos
a que hiciera lo correcto
y vaciara el cargador.


No fue doloroso.

Porque hasta en mi último aliento,
sentí su mano acariciando mi pelo.
Y el sabor de sus labios sobre mi piel,
Anunciando que el tiempo llegaba a su fin.

No tengo ni puta idea de que fue.

Solo se,
que fue un final pactado
en el que las dos buscábamos lo mismo
yo olvidarme de ella
ella, deshacerse de mi.

Fue un asesicidio.
Porque la única forma
de definir lo ahí sucedido
implica

inventar nuevos términos.

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