Me han estallado mil cañones en las manos
y mi aliento se ha perdido
mientras le rogaba a la estrellas
la contestación a
mi deseo.
Se han dormido mis dedos
intentando escribir con sangre
cada letra de mi historia.
Me he llenado de pánico
y rabia,
para acabar explotando
en forma de lluvia.
Ha dado paso el llanto,
a la desesperación ,
y esta
ha dejado entrar al miedo
para invadirme.
Los sueños se han desvanecido
como lo hace una constelación
cuando una de sus estrellas
muere.
Se ha desbordado el río de mi alma
para arrastrarme de nuevo
y convertir la fuerza del renacer
en polvo.
Me duelen los ojos de tanto llover,
lluvia que fertiliza mi tierra
ahora llena de fango,
pero en la que volverán a crecer flores
creando un ciclo incansable
de rachas itinerantes
que siempre tienen razón.
