jueves, 29 de diciembre de 2016

2000 PIEZAS ROTAS

La vi reír,
mientras el profesor
explicaba la importancia de los cosenos.
La vi llorar ,
observando un cuadro de Goya.
La vi cantar,
para espantar a la tristeza.
Y convertir,
su día más gris
en un arcoíris.

Me dijo,
mientras señalaba un puzle de la pared,
“mi corazón,
 está compuesto por más piezas,
pero estas,
no encajan”
Y el mío se rompió
para hacer encajar sus piezas con las mías.

Me enseñó a llegar a las estrellas
con tan solo cerrar los ojos.

E inventó una teoría
con fantasmas y dinosaurios
para explicar nuestro amor,
y la verdad,
me la creí.

Tenía tanta magia en las pestañas
que cada vez que las movía
a mi me parecía ver
como si un cohete despegara.

La creían loca
y era la única cuerda
de toda la ciudad.

Caminaba descalza
para sentir la tierra,
se bañaba desnuda en el mar
para que el agua le envolviera,
le gustaba jugar con fuego
y amaba cuando el viento
mecía su colorida cabellera.
En resumen,
era la dueña de mis elementos.

Estaba harta de caer,
no comprendía
el porqué de tantas piedras,
pero muchas de las veces
se levantaba sin apenas rozar el suelo.

Y yo la dejé marchar.

Vi que los trozos que dejó mi corazón roto,
eran mucho más pequeños que los suyos,
que no encajaban.

Le di alas
y le dije
que se lanzara a volar.

Ella me las devolvió
y me contestó que prefería
quedarse en el suelo conmigo.

Y mi minúsculo corazón
creció
hasta encajar a la perfección
con el suyo.

Porque nuestras 2000 piezas rotas,
juntas
forman
el
puzle
más
bonito
del

mundo.

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