domingo, 24 de septiembre de 2017

GOLIAT

“Sonríe,
que viene foto.
Y posa,
que se te vea guapa.
Vamos,
pero que no parezca tan falso.
Pero qué te he dicho que sonrías
pero así no.
Mira,
eres un caso perdido.”

Suena mi melodía triste,
estos ojos inundados,
anuncian tormenta
en las inmediaciones de un cuerpo
acostumbrado a catástrofes sentimentales.

Otro huracán
clava en mi pecho
los desechos
de otras mujeres
ya arrastradas.

Y
me
duele.

Tanto,
como mirarte
jodido ladrón de almas
que te regocijas
en cada palabra que lanzas
para tomar de mi esencia
por el hecho
de agrandar la tuya,
y dejarme inconsciente de mi ser,
solo por no ser símil al tuyo.

Insensato monstro
creado por padres ególatras.
Dominador de serpientes,
encantador de hienas,
disfraz sano
en tu corazón podrido,
hormiga con complejo de elefante.

Destrozado por dentro,
con el mísero propósito
de hacérselo al de enfrente
pero por dentro y por fuera.

Tú,
enano agrandado
por la cultura del odio.

Yo,
ave fénix
creyente del amor
y amante de la vida.

Me he enfrentado a ti
Goliat.

Te he vencido,
perdido el miedo,
te he mirado a la cara
y he visto tus complejos.
Y
Me
Das
PENA.

A ver
si después de esto
te atreves
a robarme
MI
JODIDA
SONRISA.


domingo, 10 de septiembre de 2017

SONREVIVO

Ni las cartas ni los poemas
son lo mío
cuando se trata de buscarles un inicio,
ni un final.

Han llorado tanto
estos 18 (d)años,
que mis mejillas
se han vuelto impermeables
y me he convertido en experta
de sonrisas falsas,
tanto de hacerlas
como de detectarlas.

Amo los coleccionables,
por eso,
en estas páginas
me regalo por fascículos,
(si me quieres encontrar
junta los secretos de cada uno
y me harás a mí.

Ahora,
sonrevivo con ansia
esperando cada atardecer
para recoger otro instante en mi retina.
Cuido olas de mar,
para que nunca se queden sin
algún caballito de mar que las cabalgue,
y he cambiado el bigote de espuma
que me dejaba el Cola Cao,
por el que deja sobre mi boca la cerveza.

He vuelto a ser,
la sonrisa que con seis años
alguien osó a arrebatarme,
y le dedico una
cada vez que al mirarlo a los ojos
su mirada se dirige a otro punto,
para evitando el contacto,
evitarse a sí mismo.

Perdón,
si vuelvo sobre lo ya dicho
pero ni los inicios
ni los finales,

son lo mío.