domingo, 11 de diciembre de 2016

503

Sabina se equivocaba,
ya llevo más  de quinientas noches
intentando olvidarla.

Pero vuelve,
en cada risa,
suspiro,
desaliento,
poema,
canción.

Las musas me abandonan
cada vez que les planteo
el reto de definirla.
Quizá no hayan sido inventadas palabras
capaces de resumir tanta belleza.

Era una zorra,
entró en mi vida cual huracán
y a mí, que soy tormenta
me redujo a llovizna.

Ya van quinientas tres noches,
y pienso que son pocas.
¿Cómo olvidar las horas entre sus caderas,
los suspiros que arrancó de mis labios,
el único “te quiero” que ha sido capaz de pronunciar mi corazón?

¿Que hago con las horas
que me sobran?
Esas que ya no puedo dedicarle,

¿Dónde quedaron los fuegos artificiales
entre las sabanas?

Y vivo de recuerdos
y a veces resulta doloroso
pero con su huida
se llevó también
mis ganas de seguir.

Apunta quinientas tres
porque esta es la ultima noche
que paso pensando

en ella..

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