Mírame,
he
perdido el avión de vuelta a la cordura,
la
noche entre tus suspiros
se
me fue de las manos,
y
me he quedado en el limbo
entre
volver
y
volverme tuya.
Siénteme,
nota
mi cuerpo encendido
en
ganas de devorar el tuyo,
y
mi alma fundiéndose en cada beso
que
dejas sobre mi piel.
Pienso
invertir cada hora de esta madrugada,
en
repasar cada beso
que
cabe en tu espalda.
Porque
cuando te descubrí
hambrienta
de llamas,
de
fuego encendido en tu piel,
comencemos
a follarnos,
sabiéndonos
poesía.