Hoy,
han
amanecido las tijeras oxidadas,
se ha
teñido de negro el cielo
y los
secadores han perdido su función.
Hoy,
nuestras
lágrimas se esparcen por el suelo
formando
tu nombre.
Y todavía
al relamernos los labios
nos
saben a tus pastas.
Hoy,
los
recuerdos aplastan al presente
y tu
mirada sigue grabada en nuestra retina.
Hoy,
seguir
se hace difícil
y volver
a empezar se ha vuelto imposible.
Hoy,
te reúnes
con tus devotos santos
y la
cabellera de la virgen reluce
porque
has sido tú
la
encargada de peinarla.
Hoy,
se marca
el día de negro,
se llena
tu vida de flores.
Hoy,
te
mostramos en pasado,
lo que
tú nos enseñaste en presente.
Hoy,
una
parte de ti se va
pero
queda en nosotros tu eternidad.
Hoy,
te
decimos adiós
rogándote
un vuelve.
Esto es para tí abuela, te quiero.