martes, 11 de julio de 2017

apagada y fuera de mi cobertura

Con tu partida llegó la calma,
las sábanas sin arrugar
igual que las comisuras de mis labios,
los besos perdidos en otra galaxia
en busca de su destinatario.

Ya no hay luz en tu balcón,
pero pasar por allí
equivale  al autoreflejo de mirar
para comprobar con dolor
que sigues apagada
y sin necesidad de mi cobertura.

Camino en sentido contrario
en un tren de vuelta a casa,
a la cordura de un hogar deshabitado
que ya no merece ese nombre
porque ahora,
sólo lo habitan fantasmas.

Y el tiempo ha perdido su función,
se ha estancado
en un te quiero
y otros recuerdos,
del pasado que me rondan.

Me dueles en cada verso,
en cada poema
o canción que llega a mí,
pero que mi alma
no quiere dejar de sentir,
porque al dejar de incitar a tu recuerdo
a volver a mi mente cada madrugada,
puede que descubra

que ya no dueles.

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