Acciones
cometidas a destiempo,
errores
a horas intempestivas,
amores
rotos a besos,
y
olvidos llenos de recuerdos.
Ojeras
de olvidos de sueño,
uñas
maltrechas a momentos,
pies
dormidos de ganas,
y
pájaros anidando en mi cabellera.
Cicatrices
hechas jardineras,
para
que huelan a flor,
heridas
curadas a mordiscos,
y
horas que varían en la velocidad del reloj.
Rezos
a un dios que no existe,
maldiciones
a gente común,
tropiezos
convertidos en aciertos,
y
velas de noches dormidas.
Muerte
en besos sin remitente,
sueños
en bocas ajenas,
manos
que se tocan pero no se sienten,
y
labios de tiempos pasados.
Todas
estas y muchas más
son
las
causalidades de mi consecuencia.
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