Tengo el corazón desnudo
y vulnerable,
la armadura que siempre me cubrió
ha quedado en el suelo,
para que pueda mostrarme ante ti
sin impurezas ni coberturas.
He roto con la prisa que gobernaba mis momentos
para unirme a la pausa
en una expedición
que puede acabar conquistando tus labios,
o provocando mi fin.
He desaprendido a amar
para enredarme lentamente en ti,
redescubrir sentimientos
y encontrar nuevos.
Porque amor,
las personas capaces de hacerte sentir cosas
por primera vez
son esas que no olvidas
en el resto de tus días
aunque pases cada uno de ellos
intentando conseguirlo.
Tengo el corazón
latiendo en tres por cuatro
y la partitura que me envuelve está hecha
con aleteos de tus pestañas.
Tengo el alma
cosida a sonrisas nerviosas
que salen de mi boca
cuando te espero en el andén de tu tren,
ese que te trae a mi estación.
Tengo mariposas
en cada rincón de mi vientre,
que me recuerdan,
cuando te pienso
de forma inconsciente,
lo que es
comenzar a sentir.
Tengo miedo, amor,
tengo hambre, amor,
tengo ansia, amor,
tengo ganas, amor,
y absolutamente todo
lo tengo de ti.
T conozco como si t hubiera parido; aún así no dejas de sorprenderme.
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