sábado, 21 de enero de 2017

Insómnicos aleteos

Me aleteas en el estómago.

Y yo,
me lanzo a bailar
en medio de la gran vía.
Sabiendo
que tanto en el atropello
como en la salvación
saldré
ganando.
Y en ambos casos
tendrás
la
culpa.

Mis ojos se dilatan
al ver los tuyos,
que guardan su color,
como el que asesinó
y nunca confesó su crimen.
Entonces,
con la boca sellada
ruego a tu mirada
una confesión
que jamás será rebelada.

Hipnotizada por tus labios,
medicina prohibida,
que estoy segura
sé su sabor.

Y las curvas de tus caderas
dibujan un mapa
haciendo que desee perderme
en las rotondas
que forman tus lunares.

Pero la noche,
me sorprende
jugando con tu pelo
en la butaca numero 3
de un abarrotado cine,
en el que solo
importaba tu risa.

Fue entonces
cuando descubrí
que la única estrella
de esta ciudad
estaba
brillando
entre
mis

brazos.

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