Agua para callar mariposas

Agua para callar mariposas,

esas que inundan mi estómago

cada vez que te veo.

Agua que no las mata,

sino que las vuelve más fuertes

y hace que aleteen más rápido.

Es algo así,

como intentar ahogarlas

en poción revitalizante.

Y bebo.

Porque quiero que se callen,

porque creo que se confunde de persona,

porque no quiero ver la señal que me están enviando,

porque no es correcto,

y yo nunca he sido de las que arriesgan para probar cosas nuevas,

por miedo a que me gusten.

Pero las mariposas  se han convertido en elefantes

y pisan tan fuerte que hacen daño,

cada vez que pasas por el pasillo,

me dedicas una sonrisa,

o pronuncias mi nombre.

Y yo ya no quiero beber

deseo disfrutar de la sensación que produces en mi,

arriesgar para conseguirte

y para conseguir ser yo

aunque eso decepcione a mucha gente.

Ser libre entre tus brazos

y que tú lo seas entre mis piernas.

Arder contigo

mientras el mundo nos quiere ver arder en una hoguera.

Y es que me has hecho una yo más yo,

mezclada con un poquito de ti.

Una vez oí que la felicidad

tiene nombre de mujer,

pero ha sido hoy cuando me he dado cuenta

de que ese nombre es el tuyo.